LA UTILIDAD DEL DESARRAIGO.
Emigrar hoy día a otro país en búsqueda de
oportunidades para mejorar nuestro sistema de vida y alcanzar nuevos objetivos es un
fenómeno bastante común. Las razones pueden ser diversas: familia, pareja, estudios
avanzados, oportunidades de trabajo, motivos económicos, decepción o frustración por el
sistema político, social y económico del país de origen, en fin cualquiera que sea el motivo por
el que una persona o grupo familiar deja sus raíces y su cultura conlleva a un impacto en la
vida emocional de estos individuos aun en circunstancias de agrado y entusiasmo al enfrentarse
a este nuevo cambio. Reconocer y aceptar que hay que dejar atrás familia, amigos, costumbres,
cultura, y hasta nuestra lengua, supone un reto bastante desafiante, aun cuando se emigra de
manera libre y voluntaria en muchos casos, y con expectativas que no siempre se logran de
manera inmediata causando frustración y ansiedad.
Ahora bien nos enfrentamos con nuestra realidad, somos parte de la sociedad canadiense donde además somos testigos de
la inmensa diversidad de culturas que interactúan en este majestuoso país. Adaptarse y aceptar el desarraigo va a depender
demanera totalmente individual y la disposición al cambio. Cada día la tecnología es más avanzada y podemos estar en
contacto con nuestros familiares y amigos. La oportunidad de aprender otros idiomas, básicamente el inglés, esto nos hace
sentir más seguros y competentes y que el proceso de adaptación sea más sencillo, ya que la barrera del idioma crea mucha
incertidumbre y desesperación. Una vez superado el impacto de la lengua, las costumbres y la cultura, ya podemos
integrarnos y comenzar a ser parte activa del país que nos ha dado acogida. Pagar el precio del desarraigo es bastante alto;
pero quienes buscamos un cambio y estemos dispuestos a pagar este precio podría resultar un reto fascinante.
(by: Anamaria V. de Caballeros)